Comenzó Salsa y Bachata con buena recepción
El viernes por la noche comenzaron las clases de Salsa y Bachata a cargo del profesor Julián Macaya, y por cierto, la cantidad de gente superó sus propias expectativas, por lo que sin dudas es una actividad que llegó y ya promete instalarse como uno de los grandes atractivos dentro de las nuevas propuestas brindadas por el Club.
A medida de transcurrir los minutos desde el horario estipulado, fueron sumándose personas y cerca de las 21 Julián se presentó, dio una charla sobre el origen de estos ritmos musicales para luego realizar ejercicios teóricos y culminar con los primeros pasos de baile ante poco más de una docena de alumnos.
Julián es socio desde el año 1977 y estuvo hasta 1984; volvió a retomar en 2007 hasta la actualidad.
«En aquellos años hacía actividades de fútbol, pileta, sobre todo en verano. Luego regresé y desde el 2008 represento a AFALP en la Liga AIFA de fúbol. Como voy al gimnasio, vi la difusión que tiene la sección Baile y vi una oportunidad de devolverle todo recibido desde mi pasión y conocimientos sobre estos ritmos musicales, los cuales fueron muy nutritivos en mi vida. Entonces averigué y le presenté una propuesta a Jorgelina con un plan de trabajo; ella se lo pasó a Damián, quien me entrevistó y estábamos alineados sobre lo que él necesitaba y yo podía darle, por lo que hubo una conjunción de intereses. Arrancamos, con la idea de en principio probar y ver si germina entre los socios; que puedan venir, probar y disfrutar. Mi lema es «diviértete mientras aprende», un hermoso lema», comenta Julián pasados unos días luego de la primera clase, contento por la respuesta.
«Superó mis expectativas, y lo más lindo es cómo se formó una química grupal donde construiremos algo lindo», expresa.
Comenzó hace 18 años en este mundo de música caribeña y nunca más pudo dejarlo.
«He pasado por diversas academias, como las de Luis Picún, un referente como profesor de salsa; Alejandro Cassano, Trujillo y otros grandes maestros salseros, un ambiente donde generalmente me muevo, un ambiente con mucho respeto y códigos. En aquel tiempo mis compañeros de facultad me llevaron medio engañado para hacerme conocer un lugar llamado La Salsera. Entré y fue sorprendente, fue como amor a primera vista; en su momento fue todo un ambiente caribeño, con venezolanos, cubanos y colombianos. Tuve una conexión inmediata con esa música, no la pude largar más y fue un época donde iba de jueves a domingos. Eso genera el baile, se transforme en adictivo, un vicio sano», comenta sobre esta pasión que lo acompaña y busca transmitir desde la semana pasada en nuestras instalaciones.
Dentro de los objetivos trazados, sin dudas está en fortalecer las clases de los viernes; por lo pronto, la primera fue gratuita, similar a los próximos dos que le restan al mes de julio. Luego, si se potencia y afirma tanto en continuidad como cantidad de alumnos, ver la posibilidad de agregar un día más.
«Buscamos avanzar con el grupo, y los dos viernes nos dará la pauta del crecimiento; me tracé un plan donde los chicos en un mes puedan bailar lo básico de salsa y bachata; y si progresa podamos hacer bailes en el restobar de AFALP, como un continuado de las clases con cena show. Pero eso para mas adelante, porque primero debe germinar esto», agrega Julián, rememorando en esos años iniciales como socio los bailes de la institución, hacia fines de los 70 y principios de los 80.
Finalmente, unas palabras para quienes aún no se animan a participar.
«El objetivo es encontrar un espacio para dar alegría, diversión y aprender a bailar, encontrar nuevas emociones. Porque el baile es un puente entre la música y el corazón; por eso la palabra azúcar es como ponerle sabor al momento. Los invito a venir porque en las clases hallarán su momento; desde mi lugar recrearé instantes de excelencia, ponerle glamour al baile y tu vida, porque cuando lo sienta en su cuerpo se volverá adictivo y eso enriquece el alma, levanta estados de ánimo y es terapéutico. Mi misión con las clases será que las personas sientan su ser y se transforme en una herramienta de vida como sucedió en la mía. Soy muy ambicioso con este proyecto, por el vínculo que tuve y tengo con AFALP», expresa.
Comenzaron las clases de Salsa y Bachata; llegó el momento entonces de ponerle «azúcar» a los socios cada viernes desde las 20.30.