De Afalp al equipo nacional de Beach Handball

El Beach Handball es un deporte muy reciente. Su primer Mundial se realizó en el 2004 y el debut argentino llegó 10 años después. El público masivo lo descubrió recién en el 2018, cuando por la tele se pasaban los Juegos Olímpicos de la Juventud que se disputaron acá en Buenos Aires. En esos juegos, el equipo femenino nacional logró la dorada y los varones se llevaron el bronce.
Es un deporte tan nuevo que casi ningún club tiene cancha propia de beach y la mayoría de los jugadores surgen del deporte tradicional. Este es el caso de Lucas, que empezó en el equipo de Afalp y ahora está entrenando con el equipo nacional juvenil de Beach Handball.

“De muy chico venía a jugar al fútbol que me encanta pero me dieron ganas de probar otra cosa. A los 9 ó 10, con mi amigo Nico, decidimos pasarnos al handball. Empezamos a entrenar y me enganché. Con el juego y con el grupo de amigos que se fue armando en el club”.
El que cuenta esto es Lucas Souza, socio de Afalp desde muy chiquito junto a su familia, vecinos de El Palomar, y que hace un año entrena con la selección juvenil argentina de Beach Handball en el Cedem.

“Antes de la Pandemia, vino mi entrenador a decirme que estaban haciendo una convocatoria para jugadores juveniles de Beach Handall nacional en Parque Sarmiento y que vaya a la prueba. Yo había visto los Juegos de la Juventud y me encantó, así que fui. El entrenamiento al principio era los domingos con 50 chicos. Después se hizo un corte, quedamos unos 30 y pasamos a entrenar en el Cedem. Ahora están viniendo chicos de otras provincias para entrenar con la selección. Es muy bueno esto de armar un grupo y conocer a chicos de otros lados.”

Aunque todo el tiempo Lucas explica que todavía es un proceso de preselección para definir el equipo nacional juvenil, la ilusión de ser parte se le nota y tiene con qué soñar. En el Beach Handball, los goles tienen un valor diferencial, valen doble si para concretarlo se realizan giros de 360 grados por ejemplo o si el que anota es el “especialista”, un jugador que lleva remera distinta porque reemplaza al arquero cuando su equipo juega en ataque. Ese es el rol en la selección juvenil nacional de Lucas. “Es muy divertido aunque también es una enorme responsabilidad. Si cuando ataco no convierto, el contragolpe seguro nos agarra sin arquero”

La vida de Lucas cambió mucho. “Antes me iba en bici al club, ahora me tengo que tomar dos bondis para llegar al Cedem o pedirle a mi abuelo que me lleve”. Pero lo disfruta y sueña. Imagina el futuro desde sus 16 años vinculado al deporte, con el apoyo incondicional de su familia como siempre, mientras cumple sueños que jamás imaginó. “El otro día vinieron al Cedem a tomarnos las medias para hacer la ropa. Están haciendo una camiseta de la selección argentina con mi nombre”